Francesco Acerbi, el futbolista que agradece haber sufrido de cáncer

El italiano padeció la enfermedad en 2013, y habló sobre cómo le cambió la vida.

El 2013 fue un año que Francesco Acerbi nunca olvidará. A poco de cerrar su fichaje por el Sassuolo, al italiano le diagnosticaron un cáncer testicular durante el reconocimiento médico, que superó en dos ocasiones.

El jugador no era el más disciplinado fuera del terreno de juego, y en una entrevista con el diario ‘L’Ultimo Uomo’, el defensa habló sobre cómo era su vida antes de la enfermedad.

“El cáncer fue mi suerte. Doy gracias a Dios por tenerlo. Descubrí que estaba enfermo en julio de 2013, nada más llegar al Sassuolo. Me operaron y a las tres semanas estaba en el campo. Nada había cambiado. Seguía comportándome como un no profesional fuera del campo. Un día comencé a gritar ¡sal de mi cuerpo!, pero, seguía haciendo mi vida habitual. Tardes, bebidas, salía hasta las 7.00 horas de la mañana”, recuerda.

El futbolista, que jugó en equipos como el Milan en 2012, relató los excesos que tenía.

“No me respetaba, no respetaba mi trabajo, ni a quienes me pagaban. A menudo llegaba al entrenamiento ‘achispado’, sin haberme recuperado de los efectos del alcohol. Físicamente me encontraba bien porque siempre he sido fuerte. Me valía con dormir un poco para rendir”, comentó.

Meses después del descubrimiento del cáncer y la posterior operación en julio de 2013, recayó. La quimioterapia causó estragos en su cuerpo, como la pérdida del pelo o náuseas. Sin embargó, una vez superada la enfermedad, decidió corregir su indisciplina.

“Sin la enfermedad habría acabado jugando en la Serie ‘B’ o, tal vez, me habría retirado. Por fortuna alguien de ahí arriba me amaba y me envió la enfermedad. Sin ella hubiera terminado muy mal. Nadie me hubiera salvado. Estoy satisfecho de la persona en la que me he convertido a pesar de todas mis deficiencias”, afirmó.

Asímismo, aseguró que aunque había recompuesto su camino, debió ir a donde un especialista para superar sus miedos y ansiedades.

“Un año después de mi enfermedad me fui a dormir y me desperté con un ataque de pánico. Tenía miedo de mi sombra. Empecé a pensar en las oportunidades que había desperdiciado, las tardes de excesos… tuve que ir a un especialista para superar mis miedos”, finalizó el actual jugador de la Lazio.

Por: Gina Kadamani (@GinaKadamani)

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